lunes, 31 de mayo de 2010

Los ex

Cuando nos encontramos con un ex no podemos evitar cierto nerviosismo aunque por muy distintas razones. Dependerá de como haya sido la relación y como haya acabado.

Si, por ejemplo, ha sido una de esas relaciones en las que de pronto un día te levantas preguntándote ¿qué hago yo con este impresentable? Los nervios serán porque querrás evitarlo, no te apetecerá nada tener que saludar y cruzar los saludos que cívicamente marcan las buenas maneras. Así que intentarás buscar un ficus tras el cual esconderte o simplemente te irás antes. Si encima vas acompañada la cosa se complica, porque lo último que quieres explicar a tu acompañante es de qué lo conoces....

Otra razón de los nervios es que te dejó él, y aunque lo tienes superado, tu ego femenino no puede evitar pensar, me tendría que haber puesto esa camiseta que me sienta de miedo, ¿voy mona? Espero que me encuentre estupenda. Y hubieras dado un brazo por haber ido acompañada de un guaperas de dos metros encantador.

Por último, aunque tu sabes que no te conviene y él sabe que no le convienes, existe una atracción fatal entre los dos. Y te pone nerviosa sólo pensar que te echará un piropo al que le darás vueltas y vueltas durante días. Prefieres no acercarte porque no te lleva a nada bueno, ni tampoco malo, simplemente no te lleva a ninguna parte. Además, otra vez, prefieres no dar explicaciones a tu acompañante, por motivos evidentes...

viernes, 28 de mayo de 2010

Buscando pelea

Llega un momento en toda relación en que uno de los dos busca pelea. No sabes porqué, pero la busca. Quizás sean nervios, hastío o que se entra en una rutina insufrible. Así que se opta por molestar al que se tiene más cerca.

Cada uno responde según su carácter. A mí, cuando me buscan, me encuentran. No lo puedo evitar, caigo como una bendita y acabo llevándome un disgusto de mil demonios. En cambio, tengo amigas que ya pueden pincharlas y pincharlas, que nada. Como si vieran llover. No se alteran. Por un lado, es una suerte, tu tensión arterial lo agradece enormemente. Pero por otro, consiguen que el que está buscando una riña se crispe cada vez más y acabe rompiendo cosas contra la pared.

Creo que sería recomendable que junto con los básicos de una casa, como son la nevera, la tele o el despertador, se añadiera un punching ball, para que cuando se busque pelea se encuentre frente a un montón de espuma y no frente a una persona.

jueves, 27 de mayo de 2010

Acosado

Tengo un amigo que está siendo acosado. Por lo que me ha contado, la "acosadora" es mona, simpática, lista... hasta ahí perfecto ¿no? Sino fuera por un pequeñísimo detalle: está casada. Sí, sí, casada y acosando a un soltero. Él resiste, de momento...

Lo ha intentado todo; explicarle con buenas palabras que eso no podía ser, que él no quería meterse en semejante lío. Viendo que eso no funcionaba, ha intentado ignorarla, pero tampoco ha tenido éxito. Me llamó para preguntarme qué hacía, como le hacía entender que entre ellos nunca iba a haber nada. Le di el consejo drástico: "como ya lo has intentado todo, prueba siendo un borde". De momento, ella sigue insistiendo.

Hay que ver como somos las mujeres, cuando se nos mete algo en la cabeza no hay quien nos pare. Además ésta juega con ventaja porque, en fin, mi amigo es de carne y hueso... Y aunque lleva meses diciendo que no, y hoy por hoy sigue convencido de que no, cuando una mujer insiste e insiste es difícil seguir resistiendo. Desde aquí: que la fuerza te acompañe, porque la necesitas.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Las buenas intenciones

Dicen que la intención es lo que cuenta y los hay que se agarran a eso como un clavo. ¿Cuantas veces escuchamos lo de "tenía intención de... pero...". Y ahí queda la cosa. Pues prefiero que no me lo digan, no enterarme. Si pueden bien, sino prefiero la ignorancia absoluta.

Ese concierto que te apetecía tanto ir... él lo sabía... y justo el día siguiente del evento te comenta que le hubiera gustado llevarte pero el trabajo... la llamada cuando iba a buscar las entradas en internet... el simplemente se me pasó... y tu te quedas sin poder decir nada. ¿Qué vas a decir? Al revés tienes que pensar que qué adorable que había pensado en tí. Sí, bueno, pero que no piense tanto y actúe un poco más ¿no?

Tú en cambio, las mujeres somos así de detallistas (por no decir tontas), si sabes que algo le va a hacer ilusión, mueves cielo y tierra para conseguirlo. Si sabes que ha tenido un mal día, le preparas su cena favorita. Si sabes que adora a ese amigo pesadísimo, aguantas con una sonrisa los rollos de éste, porque es su amigo.

En resumen, a él le sale humo de la cabeza de tanto pensar en ti mientras tu tienes agujetas de ir arriba y abajo haciendo cosas para que esté contento. Esto no es 50% - 50%.

martes, 25 de mayo de 2010

Chantaje psicológico

Hace unos cuantos sábados llamé a un amigo para ver qué tal estaba porque hacia tiempo que no nos habíamos visto. Me contestó que estaba enfermo. ¿Qué tienes? pregunté. No lo sabía, se encontraba mal. Creía que estaba incubando algo. Entonces le dije: bueno, tu novia te cuidará. Resulta que su novia estaba fuera el fin de semana con unas amigas. Aaahh!!! Ahí estaba la clave de la repentina enfermedad. Así que, cada vez que hablara con ella, él le contaría lo "malito" que estaba mientras ella estaba de juerga.

Lo del chantaje psicológico se les da muy bien a algunos hombres (y algunas mujeres también, lo reconozco). El asunto es impedir que te diviertas si no están ellos. No vaya a ser que te des cuenta que tú no los necesitas para pasártelo en grande. Entonces es cuando intentan girar la tortilla de distintas formas: o se ponen malííísimos, o "justo" ese viernes te habían montado una cena sorpresa y habían cocinado para ti (cuando hasta entonces no sabían lo que era una sartén), o habían alquilado ese pastelón de película (que llevabas meses pidiendo) para verla juntos.

Lo peor de todo es que caemos. Lo consiguen, consiguen que nos sintamos fatal por estar tomando una cerveza en un bar en vez de estar con ellos cuidándolos, cenando o viendo una película. Lo que en realidad no sabemos es que, mientras a nosotras se nos comen los remordimientos, ellos han encontrado un partido de fútbol en la televisión y se han olvidado del mal rato que nos han querido hacer pasar.

lunes, 24 de mayo de 2010

Dios da pan...

Hace poco alguien me dijo "Dios da pan a quien no tiene dientes". Quería ser un piropo y lo agradezco pero no acabo de estar convencida de que ese sea el problema. El problema creo que reside en que hay una gran variedad de tipos de pan y a cada uno nos gusta uno distinto. Ayer, sin ir más lejos, comiendo en un restaurante, nos dieron a elegir entre 10 panes distintos.

A mí, por ejemplo, me gusta el plan blanco. Sencillo, un poco durito por fuera, pero todo miga por dentro. Hay quien le gusta el pan exótico e innovador, o el que tiene nueces o pasas, o simplemente el integral. Así que no es cuestión de no saber apreciar lo que tienes delante sino que quizás no es tu tipo. O tú no eres el tipo del de enfrente. Él puede querer un brioche cuando tu eres una chapata, o al revés.

Además es inútil empeñarte en ser algo distinto de lo que eres porque te conviertes en una mala copia o en algo totalmente artificial, creado en un laboratorio. Resumiendo, que no es cuestión de dentadura sino de gustos, y como dicen, para gustos, colores.

viernes, 21 de mayo de 2010

¡Taxi!

Cada vez que voy a coger un taxi me pregunto ¿con qué me saldrá el taxista esta vez? Tengo una habilidad especial para que me pasen cosas en los taxis. Desde el que me cuenta que venimos de los extraterrestres (sí, sí, me soltó toda una teoría al respecto) o el que le gustaría presentarse a un concurso de historia de la tele porque nadie sabe más de historia de España que él, o el que me cuenta que es pintor... en fin, que tengo cara de "Señor taxista hable conmigo que yo le escucho".

Esos son los divertidos... luego hay el que chocó en pleno Cibeles y me dijo "Señorita bájese del taxi que aquí tengo para rato". ¡Claro que pensaba bajarme de su taxi, loco! pensé yo... ni siquiera preguntó si estaba bien. Sólo añadió "Y no se preocupe que no voy a cobrarle la carrera". Ni yo pensaba pagársela, le contesté. También tuve un percance con un taxista que se enfadó con otro conductor y aprovechó el semáforo para bajarse del taxi e intentar pegarle. Por suerte, se puso verde enseguida y el otro arrancó. O el que decidió perseguir a una moto por la Diagonal de Barcelona porque le había rozado el retrovisor...

En fin, que estoy segura que hay taxistas que son gente normal, y debe haber un montón, pero si hay 20 taxistas y, entre ellos, uno peculiar, seguro que a mí me toca ese... ¡Hay que fastidiarse!

jueves, 20 de mayo de 2010

Las camareras

¿Que tendrán las camareras que a los hombres les encanta? Tengo varios amigos, y digo varios porque no es ni uno ni dos sino bastantes, que ellos mismos reconocen que les encanta tontear con las camareras. Así que, cuando vas con ellos a tomar algo y llega ella a preguntarte que vas a tomar, no pueden evitar sonreír o hacer alguna broma. Da igual que sean altas, bajas, guapas o feas, mientras les sigan el juego, ellos son felices. Evidentemente, si la camarera está de escándalo, la sonrisa será más sincera y el chiste menos fácil. Para demostrar lo ingeniosos que son, supongo... Tu, mientras todo eso ocurre, has dejado de existir. Será un milagro si ha oído lo que quieres tomar y poco probable que lo haya oído bien. Una vez la camarera se ha ido, el chico vuelve a prestarte atención.

En cambio, como tenga mala suerte, y en vez de camarera sea camarero, pobre de tí que le sonrías o le hagas una broma. Sale entonces el hombre acaparador que con una mirada furibunda al camarero pedirá de malos modos lo que los dos vais a tomar. Te recriminará que tontees con todos y que le parece una falta de respeto hacia él que encima lo hagas delante suyo. El pobre camarero se ha quedado sin propina y tu con ganas de sonreír hasta a la farola sólo para fastidiarle.


miércoles, 19 de mayo de 2010

Cínica

Por lo visto, ahora, el ser realista se le llama cínica. Eso dicen cuando yo explico mi visión de la vida. Vale, no creo en el amor romántico, ni que va a llegar un hombre, se va a enamorar perdidamente de mí y que será capaz de dejarlo todo y hacer las mayores tonterías, sólo para tenerme contenta. ¿Si me gustaría? ¡Claro! Pero eso no quiere decir que lo crea factible.

Además hay que tener en cuenta las circunstancias y la personalidad de cada uno. Primero, que sea el momento apropiado para ambas personas. Esto parece muy fácil pero no lo es tanto. Hoy en día y a estas alturas, todos tenemos nuestras complicaciones personales que, a veces, lo hacen incompatible con una relación. Y segundo, que uno de los dos sea lo suficientemente valiente para dar el paso. En mi caso, tiene que ser el de enfrente porque mis ataques de pánico me lo impiden.

En fin, que si ser una cínica significa no tener falsas esperanzas y disfrutar lo que pueda mientras pueda... sí soy un cínica con mayúsculas. A mucha honra.

martes, 18 de mayo de 2010

Señales de humo

El otro día me dijeron que ya era hora de que empezara a hacer un poco de caso a las señales que recibo. Me encantaría, de verdad, pero yo no veo señales por ninguna parte. Parece ser que las envían a través de señales de humo y lo siento, no conozco ese código.

En un momento de locura transitoria decidí que quizás podría aprenderlo, pero luego, la lucidez volvió a mí (menos mal) y pensé, vale, puedes aprender a interpretar las señales de humo, pero ¿y si entonces te las envían en morse? ¿También tengo que aprender morse? ¡Y qué más! ¿El código binario? Pero si hablando nos entendemos todos, son ganas de complicarnos la existencia.

Así que he decidido que yo voy a seguir aprendiendo idiomas que me parece muchísimo más práctico y voy a dejar el morse, el binario, las señales de humo o cualquier otro código que aparezca para las expertas. A mí, que me hablen "clarito" que, si me tengo que poner a interpretar va a ser un completo desastre. Además, eso es lo que da pie a confusiones que, a veces, no pasan de ser pequeños errores de apreciación, pero otras... en fin, os lo podéis imaginar.

lunes, 17 de mayo de 2010

Habilidades

Las mujeres tenemos una habilidad, la cual los hombres o admiran o no comprenden, y es la de ser capaces de hacer varias cosas a la vez. Si un hombre está preparando un bocadillo no le pidas que coja el teléfono porque entonces, su cerebro tendrá interferencias y no hará ninguna de las dos cosas. En cambio, nosotras somos capaces de preparar una cena mientras nos arreglamos y ponemos la mesa.

Pero esa habilidad es una condena, porque mientras ellos se excusan en que están concentrados en algo, el resto de las cosas las tenemos que hacer nosotras. Eso nos pasa por mostrar nuestro don. Lo mejor sería actuar como ellos; que suena el timbre de la puerta: tú estás al teléfono. Que hay que bajar la basura, tú estás arreglando el salón... y así hasta que entiendan que no queremos llevar la carga de todo.

Pero creo que nuestra generación ya ha llegado tarde para ese cambio "radical" en nuestras vidas, así que habrá que confiar que las generaciones futuras sean más listas y menos dispuestas que nosotras.




viernes, 14 de mayo de 2010

Ya se le pasará

Cuando te enfadas con un hombre porque ha metido la pata, te deja en casa pensando "ya se le pasará". Tu llamas a una amiga, le cuentas la última y te desahogas un rato. Al día siguiente él te llama como si nada hubiera pasado, lo que no hace que mejore el mal humor con el que te has levantado. Le dices que no quieres verlo. Así pueden pasar varios días. Finalmente, un día consigue quedar contigo (porque no somos de piedra) y te pregunta: ¿Qué te pasa? Cuando se lo explicas, se queda alucinado y te suelta: ¿¿¿Sigues enfadada por eso???

Pero ¿es qué acaso ha hecho algo para arreglarlo? Nooooo. ¡Qué va! Tan sólo ha seguido con su vida tranquilamente y tu eres una rencorosa que no perdonas nunca. No es cuestión de perdonar, lo que tu necesitas oír es un lo siento sincero. Pero como dice la canción "sorry is the hardest word..." Finalmente se te pasa, te dice lo siento y que no volverá a ocurrir. Quizás, ciertamente, no vuelva a meter "esa" pata, pero cuando sea otra, ya te digo que el "ya se le pasará" volverá a tu vida.

jueves, 13 de mayo de 2010

¿Por qué no te casas?

Tengo una sobrina, adorable y que va a cumplir 6 años en 10 días, pero que desde que era pequeñita le encantan las bodas. Hace unos meses cené con mis sobrinos y sus padres en un restaurante. Fuimos pronto ya que íbamos con niños y no queríamos que se acostaran tarde. Cuando estábamos en el postre, la gente empezaba a llegar. Justo detrás mío se sentó un señor esperando al resto de sus compañeros de mesa. Como no había demasiada gente, el local estaba bastante silencioso. Entonces, mi sobrina, mientras se peleaba con una cucharada de helado de chocolate, me miró, y con un tono que podría considerarse bastante alto, me preguntó: "Tía, ¿tú porque no te casas?" Se hizo un mayor silencio, si es posible, en el lugar.

En un primer momento estuve a punto de contestarle que a los hombres no hay quien los aguante pero me acordé que sus cuentos favoritos todavía son La bella durmiente, Blancanieves y Cenicienta y, en un acto de bondad (del cual todavía me arrepiento), decidí no chafarle esos sueños de princesas y príncipes. Así que le contesté: "Porque no tengo novio". Entonces soltó la cuchara y me dijo: "¡Pues ya es hora, porque yo si tengo, y muchos!".

Me pasaron varias cosas por la cabeza antes de contestarle, entre ellas, Herodes, al cual eché de menos. Otra fueron sus padres, a los que miré para que callaran a la niña pero no podían hablar de las carcajadas que había causado su "pequeña". Así que después de descartar todas (ninguna era bonita), respiré hondo y en bajito le dije: "Esto lo hablaremos tu y yo otro día y en otro sitio".

Notaba los movimientos espásmicos que le causaba la risa al señor de al lado. Por fin acabamos de cenar y nos levantamos. Intenté salir lo más digna posible, como si esa conversación no hubiera ocurrido, sabiendo que el vecino de mesa me repasaba de arriba a abajo y comentaba con el resto de la mesa lo que había ocurrido. Bajé las escaleras sin tropezarme (en mí es todo un logro porque cuánto más compuesta quiero estar, menos me obedecen los pies) y salí del restaurante del cual, os aseguro, espero no tener que volver.

Mi sobrina... en fin, me ha vuelto ha hacer la"preguntita" alguna otra vez, pero por suerte está creciendo y ya no lo considera un tema tan interesante. Espero que la que va detrás no la imite, si no ¡me queda "pregunta" para rato!

miércoles, 12 de mayo de 2010

Sensibilidad

Para algunas cosas tengo la sensibilidad de un hipopótamo. Podéis ponedme un cachorro de labrador delante y no sentiré nada, ya que los animales y yo nos ignoramos. O ponedme "Los puentes de Madison" y si a la media hora no me he dormido es que estoy distraída con otra cosa. En cambio, hay para otras que la tengo a flor de piel. Es cierto, para según qué comentarios, qué actitudes u omisiones (que es lo que peor me sienta) se me hunde el mundo en un segundo. En esos momentos me siento pequeñita, pequeñita y que el universo se ha olvidado de que existo.

Por otro lado, creo que la sensibilidad de hombres y mujeres no tiene nada que ver. Mientras ellos se emocionan con un partido de fútbol, el último modelo de Porsche o recordando las películas de Rambo. Nosotras (¡angelitas!) esperamos que nos envíen ese mensaje tonto pero lleno de sentido, que nos hagan sentir la persona más especial del mundo y que, además, adivinen (sí, sí, nos gustan que adivinen) que te encantaría que ese día te llamara para ir a tomar una copa.

Por lo que creo que, una de dos, o nosotras dejamos de esperar tanto y nos conformamos con lo que hay, o ellos intentan acercarse un poquito más a nuestra sensibilidad. Si no... ¡esto se va al garete! Eso sí, yo voto por la segunda opción.

martes, 11 de mayo de 2010

Consejos

Es curioso como visto desde fuera todo se ve clarísimo. En cambio cuando una está dentro de la película no acaba de estar segura cuál es el paso a seguir. Eso sí, en cuanto empieces a abrir la boca para comentar, saldrán de debajo de las piedras cientos de consejos, a cada cual más dispar. Lo que te confunde todavía más.

El ser humano tiende a creerse con la posesión de la verdad absoluta y a saber siempre que es lo que el de enfrente debería hacer. Cuando tu planteas una duda a un amigo en seguida te dirá lo que tienes que hacer y cómo lo tienes que hacer. Más vale que te quedes ahí, porque si sigues preguntando a más gente, cada uno te dirá una cosa distinta. Al final harás lo que te dé la gana, así que habrás perdido un tiempo maravilloso preguntando y encima, como no sea lo mismo que te han aconsejado, te oirás un "yo lo hubiera hecho de otro modo, pero ya me contarás". Eso es una amenaza velada: si sale bien, has tenido mucha suerte, si sale mal, ya te lo dije...

A mí no me gusta demasiado contar mis cosas, sobre todo mientras están en fase de desarrollo, pero la gente pregunta, pregunta mucho, así que contesto, explico, y alguna vez pido ayuda. Aunque da igual que lo pida o no, siempre recibiré un consejo. Con esto no quiero decir que no los agradezca, es más, generalmente (a no ser que me parezcan una verdadera estupidez) los analizo e incluso, alguna vez, los sigo. Lo que digo es que para dar un consejo tienes que analizar tanto la situación como la personalidad de esa persona, porque no puedes pedir a nadie algo que vaya en contra de su carácter. No saldrá bien, porque no será ella misma.

viernes, 7 de mayo de 2010

Versiones

Siempre hay dos versiones para una misma historia. Y ninguna es falsa, ni ninguna es cierta. Todo depende de como uno viva esa historia. El problema es que eso da pie a muchos malentendidos. Con el tiempo, las cosas se ponen en su sitio pero, hasta entonces, ambas partesse han montado una película con un guión digno de Hitchcock.

Yo tiendo a tomarme las cosas bastante a la tremenda y mi sensibilidad a flor de piel hace que diga cosas que luego me arrepiento, pero en el momento, no lo puedo evitar. Además, como dice un amigo mío, tengo la característica de "escucha selectiva", es decir, que oigo lo que me interesa. Eso no es cierto del todo pero sí que a veces olvido detalles que no debería.

El problema es que la gente juzga según la versión que oiga y, raras veces, se toma la molestia en escuchar las dos antes de formarse su opinión. Además, siempre parece que tenga que haber un bueno y un malo, cuando al final, solo son dos personas que no se han entendido (al menos la mayoría de las veces).

Lo que intento decir es que no se puede ser tan partidista en esta vida, que casi siempre hay una razón para una determinada actuación que a veces es difícil de explicar o de hacer entender.

jueves, 6 de mayo de 2010

Las puertas

Hay personas que tienen siempre delante varias puertas. Unas se cierran y aparecen otras nuevas que abren nuevas posibilidades. Esas puertas son personas. Son personas con las que flirtean, ahora un cine con una, una cena con otra, un café con una tercera... y así van haciendo hasta que deciden cuál es la persona que realmente les gusta.

Me parece bien, siempre y cuando, esas "puertas" sepan que son parte de un pasillo inacabable y no el portón de entrada, que sólo hay una... Pero generalmente no ocurre así. Así que mientras cada puerta se cree única, la persona que juega a abrir y cerrar tiene un gran abanico de posibilidades. Eso no es "fair play".

Sé que a veces conoces a dos personas al mismo tiempo que son igualmente de estupendas, pero todos somos conscientes de que siempre hay una que nos atrae más que otra. Igualmente, estás en tu derecho de tomarte tu tiempo para decidirte pero nunca jugando con los sentimientos del de enfrente.

Finalmente están los que, una vez se ha decidido por una de las puertas, no acaban de cerrar el resto que tenía abiertas. Dejan una pequeña abertura, por si la cosa no funciona, poder volver al campo de juego con los mismos jugadores. A eso yo le llamo tener mucha cara.



miércoles, 5 de mayo de 2010

Inmaduros

Es por todos sabido que los hombres maduran más tarde que las mujeres. Hasta ahí, de acuerdo, es cuestión de esperar. ¡Pero es que los hay que no maduran nunca! En un primer momento cuando te llama dos horas más tarde de lo que habíais quedado, piensas: ¡qué despitadillo! Y aceptas el me quedé dormido o se me pasó con una sonrisa comprensiva. Primer error.

Más adelante, cuando habéis quedado con tu madre para comer y él se presenta una hora tarde y no habla durante toda la comida, te mosqueas. Pero vuelves a aceptarlo cuando te dice que es tímido. ¡Tímido! Pues para ser tímido hay que ver como ha sonreído a la camarera... Segundo error.

Finalmente llega el error fatal. Aquél en el que comprendes que como el jueves salió con sus amigotes hasta las 5 de la mañana, el viernes está destrozado para ir a cenar con los tuyos. Entonces ya no hay vuelta atrás. Ya no hay límites. Estás con un niño malcriado al que encima le concedes todos sus caprichos.

Pero un día dices basta. Así que lo sientas y le cuentas que no puedes seguir con él, que estás cansada de esperar una hora arreglada en casa porque él se ha despistado por el camino cuando venía a buscarte. Estás cansada de tener que justificarlo ante tu familia y amigos porque él tiene una resaca del 7. Estás cansada... de todo en general. Entonces, él te mira con ojos de perrito abandonado, te dice que lo siente y que no volverá a ocurrir, que va a cambiar. Como te lo creas, estás perdida.

martes, 4 de mayo de 2010

Golden Singles

Conocí a dos hombres que me contaron que desde que tenían unos 25 años (ahora han pasado los 40) montaron junto a otros dos amigos los "Golden Singles" y ahí siguen. Solteros de oro. Es curioso lo que hace el lenguaje, ellos pasados los 40 sin casar son solteros de oro y nosotras solteronas. En fin, que yo le diría a la ministra que pusiera menos interés en lo de miembro / miembra y más en los conceptos.

Los "Golden Singles" no tienen ninguna intención en cambiar de estado civil, lo que me parece muy bien, yo tampoco. Pero es que estoy segura que a ellos no le atacan con la "preguntita": ¿y cómo una chica como tú está soltera? Lo sé, en el fondo es mejor que te lo pregunten, que el hecho de que lo encuentren lógico. ¡Pero es que ya no sé que inventar!

No es que quiera mentir a nadie pero cuando respondes 100 veces igual a la misma pregunta, llega un punto en que te cansa y te apetece cambiar la historia. En principio mi respuesta es que estar soltera también es una opción válida. Pero cuando la doy veo un resquicio de decepción en los ojos del que lo pregunta. Normalmente esperan una historia truculenta o la cursilada de "no he encontrado a la persona adecuada". Ese no ha sido mi problema. Me he cruzado con un montón de gente estupenda pero que por alguna razón cuando pienso en "para toda la vida" me entran muchísimas ganas de salir corriendo. Así que seguiré soltera, que no solterona.