jueves, 29 de septiembre de 2011

El foco

Este fin de semana me voy a Barcelona unos días. Me apetece mucho porque hace ya unos meses que no he estado pero por otro lado, sé que me voy a enfrentar a "el foco". Sí, sí, me esperan más interrogatorios que a Gadafi en cuanto lo pillen. En fin, es lo que hay. Ya me han contado que se ha intentado hacer pesquisas por las puertas traseras y también me han confirmado que sin demasiado éxito. ¡Ay! Todo sea por la causa, supongo. Así que voy dispuesta, no preparada porque yo nunca estoy preparada aunque me crea lo contrario, pero sí resignada al aluvión de preguntas. Y aunque lo voy a intentar, no creo que me permitan a acogerme a la quinta enmienda y permanecer en silencio. Y es que no hay derechos del ciudadano en las repúblicas independientes de cada casa.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Atención telefónica

El otro día me ofrecieron en Telefónica, que ahora es Movistar, pagar menos y aumentar los megas en mi conexión de internet. Evidentemente, acepté. Me llamaron a los dos días diciendo que se pasaría un técnico el lunes por la mañana. Ese lunes, a partir de las 11 de la mañana, me quedé sin internet. Llamé al mediodía y me dijeron que ya tenía los 10 megas y que iban a mirar porque no me funcionaban. Después de apagar y encender, resetear y volver a apagar y encender me dijeron que lo mirarían desde ahí. Por la tarde volvieron a llamar, resulta que mi router no estaba preparado para tanta capacidad. ¿Y eso no lo sabían antes? El router es de ellos... El técnico me dijo que intentaría tenerlo arreglado a la mañana siguiente. Al rato volvieron a llamar. Esta vez una señorita preguntando por mi problema con internet. Le dije que ya me habían llamado y que había hablado con un técnico. "Perfecto" dijo "entonces ya puedo darle hora, vendrán mañana de 10 a 11". Y digo yo, ¿eso no podían haberlo finiquitado en una llamada? Parece ser que no.
Al día siguiente vino el técnico. Cuando vio mi router me dijo que lo que yo tenía era una reliquia, vamos, más antiguo que las pirámides. Me lo cambió por uno más pequeñito lo que mi mesa agradeció profundamente. Antes de irse me pasó al teléfono a una señorita a la que tuve que confirmar que funcionaba. Por la tarde volvieron a llamar para preguntar por la calidad del servicio. Esta mañana han llamado a casa y, como yo no estaba, han llamado a mi móvil para volver a preguntar lo mismo. El servicio no estuvo mal (si no fuera porque me dejaron 24 horas sin internet por no comprobar lo más básico, que el router era compatible) pero el control de calidad del servicio ya es otra cosa. ¿Realmente es necesario contestar cuatro veces a las mismas preguntas? Parece ser que sí.

martes, 27 de septiembre de 2011

West Point

Este verano, uno de mis destinos ha sido Benidorm. Nos fuimos cinco amigos al apartamento de uno de ellos y lo pasamos como enanos. Nunca había estado ahí y el domingo, cuando nos íbamos, todavía flipaba por el "skyline". En fin, todo fue de maravilla, quien nos había convocado nos llevó a cenar a sitios estupendos e hizo de maestro de ceremonias a lo grande, incluso por la mañana, en cuanto se levantaba, se iba a la panadería a buscar pastas para el desayuno. También nos descubrió "Benidorm by night" y nos enseñó bares divertidísimos, en uno de ellos incluso acabamos comprándole un cd y pidiéndole que nos lo firmara, al irlandés que tocaba en vivo (bueno, vale, ya llevábamos alguna copita, pero como recuerdo es la bomba). Además no se había visto en otra en su vida, porque no creo que el resto del público, todos irlandeses borrachos como cubas, le hayan pedido jamás un autógrafo. Y ahí lo tengo yo "to Sofia, gracias". No se ha estirado mucho pero tampoco es que yo haya montado su club de fans.

Eso sí, este amigo mío no puede estarse quieto, así que para poder hacer las miiiiles de cosas que tenía pensadas nos llevó a toque de corneta: ¡A la playa! ¡A ducharse! ¡Cinco minutos, cadetes! Así que ni siquiera tuve tiempo de secarme el pelo por lo que me pasé todo el fin de semana siendo la versión blanca de Diana Ross. Acabé llamándolo, con cariño pero con firmeza, sargento chusquero y descubriendo que estoy preparada para la carrera militar. ¡Yupi!

viernes, 23 de septiembre de 2011

El gintonic perfecto

Desde hace ya unos años se ha puesto de moda tomar gintonics. Lo que de toda la vida en España ha sido un Beefeater con Schweppes se ha convertido en larguísimas cartas, tanto de ginebras como de tónicas. Yo sigo tomándolo igual que cuando tenía 20 años, Beefeater, tónica (la que tengan que hasta hace poco sólo era una) y limón exprimido. De vez en cuando me agobio al ver esas enciclopedias de ginebras que te dan en los bares y decido probar una nueva, para que no se diga que ni siquiera lo intento. Pero he de reconocer que muchas de ellas no me gustan y que no noto la diferencia de la tónica suficientemente como para hacer como en el anuncio de la casera: si no hay X me marcho.
Ahora, eso sí, han salido expertos de debajo de las piedras. Un amigo mío que hasta hace nada era un fan del whisky y del ron y encima la ginebra no le gustaba nada, me dijo el otro día como tenía que tomar mi gintonic. Vamos a ver, ¡que yo lo tomo como a mí me gusta! Pues no, según él no puedes poner limón exprimido porque entonces es ácido. ¡Es que resulta que a mí me gusta así! No, no, no, insistía, tienes que probar esta ginebra, y esta tónica y no le pongas limón exprimido sino corteza... ¡Ay! A mí tanta pijería para tomarte una copa me desarma.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Rectificar es de sabios

Rectificar es de sabios, o eso dicen. Eso espero porque, tal y como ha empezado el otoño, voy a tener que dar un repaso a mi blog y empezar a desdecirme de un millón de cosas. Si es que no se puede decir de este agua no beberé porque entonces te caes en la fuente como Obelix en la marmita. Y lo peor de todo: el "ya te lo dije". ¡Aaaargghh! Que sí, que vale, que tenéis razón, que he caído tal y como muchos me habéis estado repitiendo hasta la saciedad, pero ya vale ¿no? Ya me he dado cuenta, ya os he dado la razón, ahora ¿podemos pasar a otra cosa?
De ahora en adelante voy a ser más cuidadosa con las cosas que digo, que además luego la gente tiene una habilidad para recordarlas... pero ¿es que todo el mundo toma pastillas para la memoria?Yo no me acuerdo de lo que comí ayer mientras hay quien saca a relucir lo que dije hace año y medio. Si sé que parezco pesada, porque siempre digo lo mismo, pero verdaderamente calladita estoy más mona.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Intuición masculina

Por increíble que parezca, he descubierto que los hombres también tienen un sexto sentido, eso sí, sólo para lo que les interesa. Es curioso pero aquellos por los que hubieras dado un brazo para que te llamaran y no lo hicieron, de pronto recuerdan que existes y vuelven a marcar tu número de teléfono, y qué casualidad, es justo cuando tú te estás planteando no estar disponible. ¿Cómo lo saben? Es un misterio. Pero lo saben y actúan en consecuencia. Te llaman, te ofrecen planes cada cual más original y te dicen lo estupenda que eres. Vamos, que se convierten en el perro del hortelano, porque todas sabemos que si les decimos que sí volverán a perder todo el interés. Lo que quieren es que estés siempre ahí para que su ego esté satisfecho. Menos mal que ya tengo una edad en la que he ido aprendiendo unas cuantas cosas (no todas, sólo unas cuantas) y en ésta ya no me pillan pero que miedo dan ¿eh?

martes, 20 de septiembre de 2011

Alegría

Está bien que las gente se alegre cuando las cosas te van bien, pero ¿han de mostrarse tan sorprendidos? No sé si piensan que no te lo mereces o que no se lo esperaban, pero a veces, esas muestras de alegría tan exageradas me agobian. Lo peor es que no puedes decir nada porque sabes que lo hacen con cariño y porque están contentos por ti, así que sonríes mucho y encima les das las gracias.
Luego están los que tienen la alegría contenida, por no decir que no se alegran en absoluto, te dicen aquello de "me alegro mucho por ti y espero que salga bien" con cara de preocupación, como si ellos supieran algo que tu no sabes. ¿Por qué no va a salir bien? quieres gritarles, pero en vez de eso les contestas que tú esperas lo mismo e intentas cambiar de tema antes de que te deprima tanta negatividad.


domingo, 18 de septiembre de 2011

Sobreviví

Hoy es lunes y frente a todo pronóstico he sobrevivido a los nervios del viernes. No me he ahogado y no he salido corriendo, estoy tan orgullosa de mi actitud que yo misma me voy repitiendo de vez en cuando: estás madurando, estás madurando... Lo hago para no olvidarme porque, igual que cuando no soy del todo buena me remuerde la conciencia durante días, ¿por qué no iba a ser igual de pesada cuando me porto como una santa? Bueno, vale, como una santa quizás es ir un poco lejos, pero sólo un poco, porque me he portado francamente bien. Así que a todos los que apostasteis a que no lo conseguiría (estoy segura que algunos lo habéis hecho) os comunico que he superado la prueba y con nota. Ahora a esperar la siguiente, ¿estaré preparada?

viernes, 16 de septiembre de 2011

¡Qué día tengo!

Hoy tengo ganas de coger un tren a cualquier parte y salir corriendo. Sí, sí, me encuentro en pleno ataque de pánico. ¡Qué le vamos a hacer! Se me pasará (espero) pero ahora mismo no estoy en mi mejor momento. Tengo el estómago hecho una bola. ¿Nervios? ¡Pues claro que son nervios! No sé si es mejor tomarme una tila o un copazo. Lo segundo me parece un poco fuerte a estas horas pero creo que sería lo más efectivo, cuando se te sube el alcohol dejas de pensar y te sientes libre como un pajarillo, tranquila como un buda y relajada como una marmota. Pero no, ni tila ni copa, vamos a respirar profundamente antes de que me ahogue en este vaso de agua. Buen fin de semana a todos, yo ya os cuento el mío el lunes (si he conseguido respirar, claro).

jueves, 15 de septiembre de 2011

Las apariencias

Ayer me quedé muy sorprendida cuando un amigo me dijo que él pensaba que yo había estado jugando a dos bandas, es decir, que había estado tonteando últimamente con dos chicos a la vez. Veamos, durante el último año, con uno me he tomado una copa un día y una Coca-cola otro y con el otro he cenado una vez y eso hace unos seis meses. A parte del hecho de que, con ambos, sólo somos amigos, con esta intensidad de citas, ¿quién puede ser otra cosa? Pero lo que me preocupa es la imagen que tenía él de mí. Si él, que es un buen amigo, pensaba eso, ¿qué estarán pensando las personas que no me conocen o que ni siquiera me tienen aprecio? Debo ser la bruja piruja como mínimo. Si ya lo dice mi madre: no basta con ser buena, también hay que parecerlo. Aunque al final, hagas lo hagas siempre a alguien le va a parecer mal. Esperemos que en algún momento nos demos cuenta que no se puede juzgar a las personas si no tienes toda la información en tu mano, porque las apariencias engañan y mucho.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Acompañante

En cuanto dices que vas a ir acompañada a una cena, enseguida el resto del personal te acribilla a preguntas. Lo primero que te preguntan es si es tu novio. ¡Aaaaargh! Con lo que yo odio esa palabra. Una vez has explicado cual es tu relación con la persona en cuestión (que normalmente defrauda porque no es nada emocionante), empiezan las preguntas: nombre, edad... en fin que has de hacer una ficha técnica completa. Y mira que criticamos a la madre de una antigua compañera de colegio que, cuando teníamos 15 años, había incluso pedido el DNI a los chicos que llamaban a su hija. Sí, sí, real como la vida misma. Pero es que ahora hemos crecido y hacemos nosotros lo mismo. Queremos saberlo absolutamente todo sobre el de enfrente, y no sólo sobre él sino también de la gente que le rodea. Y tú sólo has dicho que en la reserva cuenten que vais a ser dos... si ya lo digo yo, lo mejor callar.

martes, 13 de septiembre de 2011

Discreción

Según muchos amigos míos siempre he destacado por mi discreción. En el fondo quieren decir que nunca cuento nada. Nada, nada, tampoco, pero sí es cierto que no voy propagando por ahí mi vida y menos las vidas de los demás. A parte de por el hecho de que no me gusta ser cotilla, la razón principal es que lo que dices luego siempre puede ser utilizado en tu contra, así que si callas, menos posibilidades de que eso ocurra.  En cuanto haces público cualquier plan o cualquier idea que se te haya ocurrido, incluso cuando enfatizas que es sólo una posibilidad que estás contemplando, la gente no oye el quizás sino una sentencia firme. Y cuando decides no seguir con ese plan  te encuentras con que el resto da por sentado que ya lo estás llevando a cabo, no te dan opción de cambiar de opinión. 
Luego están los cambios en tu vida. Los cambios no siempre son drásticos, algunos van poco a poco, así que yo suelo mantener la boca callada hasta que ese cambio es real, pero ¡ay! siempre hay alguien que se entera a mitad del proceso y no hace más que preguntarte día tras día como va ese cambio. A mí eso me desespera. Y luego cuando el cambio ya está asentado en tu vida y decides contarlo, la gente se enfada porque no se lo has dicho antes ¡encima! Lo siento, pero yo prefiero seguir calladita, que estoy más mona.

lunes, 12 de septiembre de 2011

El cielo es azul

Hace muchos años, un amigo nos vino una tarde con la frase "el cielo es azul, los pájaros cantan, la vida es maravillosa". Se había enamorado. Si además añadimos que, hasta entonces, había sido uno de los hombres más erizos en cuanto a sentimientos que conozco, se puede entender la sorpresa que mostramos todos ante estas palabras. Desde entonces se convirtió en una consigna, cuando alguien de la "pandilla" llega diciendo que ha conocido a alguien y vemos que empieza a aflorar esa sonrisa idiota se le dice "el cielo es azul...". Basta que se diga eso para que el aludido intente, no siempre con éxito, dejar de ser un anuncio de Colgate.
Hace poco he vuelto a oírla. ¡Menuda cursilada! ¿Por qué la gente cuando se enamora se convierte en un personaje de Candy Candy? ¡Qué manía en hablar con diminutivos! Sé que no se puede decir de esta agua no beberé, pero por favor, si alguien me oye decir alguna perla caramelizada de este tipo, que me de un buen golpe en la cabeza.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Relaciones a distancia

Últimamente sólo oigo hablar de novios que viven en ciudades distintas. Las relaciones a distancia no son fáciles, y si encima le sumas una diferencia horaria de ocho horas son complicadísimas. Vas a destiempo. Pero todos conocemos la historia de esa amiga de una amiga de tu vecina que superó ese obstáculo. Yo creo que son leyendas urbanas pero no pierdo la esperanza. Hay que reconocer que con las tecnologías actuales la cosa es más llevadera. Aún recuerdo hace años cuando recibía cartas por correo de mi novio en verano. Tardaban días en llegar e iban cada una por su lado. Tu escribías una carta un lunes y a él le llegaba un jueves, la que escribías el martes, no se sabe porqué, llegaba al día siguiente, y por la otra parte lo mismo, así que hasta que acababa el verano y las recopilabas todas, no tenías ni idea del orden que llevaban. Pero eso ha cambiado, con los emails y el messenger todo es instantáneo. Y ya no hablemos de Skype, aunque te pone siempre tan mala cara que, de momento hasta que no mejore, recomiendo no utilizarlo.

Orden

Ayer tuve un día de maruja y por fin ya tengo las cosas en orden, más o menos, porque orden, lo que se dice orden, no he tenido nunca. Lo reconozco, siempre voy un poco a salto de mata y lo sé, a mi edad, ya no es serio. ¡Qué pena! Con lo divertido que es ir improvisando día a día. Esto no me lo creo ni yo, pero en fin, es lo que hay. Podría decir que he decidido poner un orden real a mi vida, pero me conozco y esa buenísima intención no me dura ni un segundo. En seguida surge algo que lo desbarata todo. Este verano tenía la firme idea de pensar qué hacer con mi vida seriamente ¿y qué pasó? Pues que, como siempre, surgió algo que cambió totalmente mis planes, bueno no los cambió, simplemente desaparecieron, ya no servían. Ni siquiera tengo claro como va a ir el mes de septiembre. ¡Y ya estamos a día 7! Eso sí, he de reconocer que esta vez el desbarajuste es estupendo.

martes, 6 de septiembre de 2011

Vuelta a la realidad

Ayer después de remolonear para hacer la maleta, llamar al taxi con el tiempo justo, llegar al aeropuerto y comprobar que mi vuelo llevaba retraso, por fin, sin ganas, a la 1 de la mañana llegue a casa. Tendría que: no haber hecho la maleta, no llamar al taxi, o al menos, al ver el retraso, pedir un cambio de avión para la semana que viene. Pero, en vez de eso, esta mañana me he encontrado con el gimnasio después de dos meses y me he peleado con la página de internet del supermercado teniendo incluso que llamar a Atención del Cliente para poder comprar jabón de lavadora. Deprimente. Menos mal que a todo se acostumbra una y de recuerdo del verano sólo me quedará las fotos que archivaré en el ordenador esta misma tarde para no pensar más en ello. Eso sí, hasta marzo que nadie me hable de playa que me entra la llorera.