martes, 26 de marzo de 2013

Ni un lado ni en otro.

El domingo alguien de Madrid me dijo que hacía mucho tiempo que no nos veíamos, que últimamente parecía que viviera en Barcelona. Por otro lado, mis amigos de Barcelona dicen que no voy nunca. ¿Cómo puede ser? Es difícil tener a todo el mundo contento, pero por lo visto yo no consigo que alguien lo esté. En realidad ambos tienen razón. Es cierto que últimamente no he estado demasiado en Madrid pero me he propuesto en abril quedarme quieta, ya veremos si lo consigo, porque de momento ya se perfila, a final de mes, otro fin de semana en Pamplona. Y por otro lado, mi destino no siempre ha sido Barcelona. Durante febrero y marzo no he parado por la geografía española; desde Málaga hasta Pamplona. Pero repito, en cuanto vuelva el domingo (sí, mañana vuelvo a irme) he decidido disfrutar de la primavera madrileña, al menos un ratito. A ver si así tengo a alguien contento.

jueves, 21 de marzo de 2013

Es primavera

Este fin de semana vuelvo a salir de Madrid y Semana Santa está a la vuelta de la esquina. Aunque es un poco cansado lo de hacer y deshacer maleta cada tres días, la verdad es que me va muy bien salir de la ciudad y cambiar de aires. Este fin de semana toca Pamplona. Espero que el tiempo acompañe, aunque no promete. Según el "Weather Channel" va a haber lluvia y la temperatura un poco baja para mi gusto. ¿Pero no es hoy cuando empieza la primavera? Pues a ver si se nota. Tengo ganas de guardar los abrigos y sacar los biquinis, lo sé, aun queda un ratito para la crema solar, pero ya está llegando. Ayer ya tuve el aviso de mi dermatólogo, toca revisión de lunares. Eso significa que se acerca el tiempo de playa y antes de que empiece quiere recordarme las 1.000 razones por las que no debería pisarla. ¡Angelito! ¡Qué poco éxito tiene con ese discurso! En fin, que es primavera, que la sangre altera, y tengo muchísimas ganas de oír el mar y pisar la arena.

martes, 19 de marzo de 2013

¡Vuelo!

El domingo por la noche me di cuenta de que puedo volar. Igual que a Newton le inspiró una manzana, yo lo descubrí por medio de un resbalón. Os aseguro que durante medio segundo volé. Llegaba a casa después del fin de semana en Barcelona y cuando me acercaba hacia los buzones pare recoger el correo de esos días, resbalé y empecé a volar. Pero igual que los aviones se estrellan contra las montañas, mi cabeza fue a chocar contra los dichosos buzones y de ahí todo mi cuerpo contra el suelo. Tengo testigos, los dos porteros, que como estaban haciendo el cambio de turno, ambos vieron mi vuelo sin motor. Mi dignidad está un poco resentida al respecto, hubiera preferido que no hubiera testigos hasta que hubiera perfeccionado el aterrizaje. Lo peor es que hasta que una se adapta a sus nuevas habilidades, tiene que sufrir pequeños daños colaterales como son una rodilla con los colores del verano, verde y amarillo chillón, y un cuerpo dolorido. Eso sí, la cara de susto de los porteros no tiene precio.

martes, 12 de marzo de 2013

¡Soy mineroooo!

El otro día un amigo me contó que le habían ofrecido un trabajo como administrador de una mina en Trujillo, Perú. Se lo ofreció un amigo suyo headhunter, que visto lo visto, en lo que a perfiles se refiere, da un poco de miedo. Mi amigo no tiene ni idea de minas, ni en que consiste administrar una, además conociéndole un poco se ve clarísimo que Trujillo, Perú no está en sus destinos preferentes. Esto es lo que pone en la página de turismo de Trujillo: "Trujillo, se halla próxima a las costas del océano Pacífico, en una región costera desértica." Apetecible ¿eh? Seguro que es una ciudad preciosa, pero de ahí a ir ahí a hacerte cargo de una mina, en fin, no sé. Mientras me lo explicaba yo no podía parar de reír. Me lo imaginé con el casco y el pico y la imagen me persigue desde entonces, haciendo que suelte una risilla de tanto en tanto. En serio, una persona que se dedica a encontrar a la persona adecuada para un puesto de trabajo  ¿cómo puede tener tan poca psicología?

jueves, 7 de marzo de 2013

La secta moderna

Antes cuando se hablaba de sectas te imaginabas una asociación secreta de ritos satánicos que te anulaban como persona. Pero han entrado en el siglo XXI y se han modernizado. Ahora te envuelven mediante lo que más te importa: tus hijos. Ayer le dije a una amiga que porque no tomábamos un café hoy. Me dijo que tenía que preparar no se cuántos pasteles para un cumpleaños, que los viernes por la mañana desayunaba con las madres del colegio y por la tarde llevaban juntas a los niños a merendar. A eso hay que añadir las reuniones escolares, las fiestas de cumpleaños y las actividades que hacen juntas fuera del colegio. En fin, me dio cita para el miércoles. Yo no tengo hijos, así que no puedo opinar, pero en mi época no recuerdo que el colegio fuera tan absorbente para mis padres. Todo lo contrario. Es más, si teníamos un cumpleaños, ballet, inglés o tenis, las madres se rifaban quien nos llevaba y nos venía a buscar, mientras el resto hacía su vida, encantadas de tener un pequeño descanso en el cuidado de los niños. Y no por eso nos hacían menos caso, pero tenían su espacio y nosotros el nuestro. Nos enseñaban que el mundo no giraba a nuestro alrededor, sino que nosotros teníamos que adaptarnos a como él giraba. Y no me parece que hayamos salido tan mal.

martes, 5 de marzo de 2013

¡Qué "mala pata"!

Ayer chateando con mis amigas una contaba que se había roto el dedo del pie y le había pasado algo en el tobillo, no sé exactamente qué, por lo que tenía que estar dos días de reposo con el pie en alto. La versión oficial del accidente es que parando a un niño que iba a cruzar un semáforo en rojo sin mirar, se dio con la papelera de hierro que había en la acera al lado del cruce. Esta es la oficial  aunque podría simplemente haberse dado con la pata de una mesa que ni siquiera era de hierro o con la esquina del sofá. En fin, que como no puede estarse quieta le parecía que las 48 horas siguientes iban a ser una tortura. A mi que me ha dado por el positivismo hasta límites que rayan lo ingenuo le dije que lo que tenía que pensar es que durante 48 horas se lo iban a hacer todo en casa y que no se preocupara por el color morado del dedo del pie, pues es un color que este invierno está de moda. Lo sé, es un comentario bastante absurdo pero ya os he dicho que me ha dado por ver el lado bueno de las cosas aunque no lo tengan. Lo cierto es que al final, la que va a estar dos días dolorida y encerrada en casa no soy yo y sin estar en la piel del otro es muy fácil ver lo positivo de las cosas.