He visto claro que tengo que mudarme. No de ciudad, país o continente sino de planeta. Sí, sí, tengo que mudarme después de darme cuenta que no me entiendo con los habitantes del planeta tierra. Con los animales nunca me he llevado bien, digamos que ellos y yo aceptamos compartir el espacio, pero a poder ser, ellos el suyo y yo el mío. Pero es que con los seres humanos no me va mejor. El problema es mío, lo reconozco, y es por eso que creo que soy yo la que tengo que irme. Así que estoy viendo qué tal son las condiciones de vida en Saturno, porque Marte me parece que está demasiado cerca.
Como siempre que tengo un ataque de éstos, luego, cuando consigo recuperar el habla, ya es demasiado tarde. Otras veces, los he comentado con un amigo y hemos acabado riéndonos de la situación y esperando que la siguiente me comporte, pero esta vez, los dos acabamos diciendo "qué pena". Y es cierto, es una pena. Pero no puedo pedir una segunda oportunidad porque no creo merecerla.
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