Así que, en mi generación, ellos escogen. Conoces a un chico estupendo, te llevas bien, hablas un poco de todo durante un rato y llega el momento de despedirse: aaaaahhh ¿pedirá el teléfono o no? Sííí lo pide, genial. ¿Genial? Ahora te esperan días de tortura hasta que llame, y eso si lo hace, porque sino se convierten en semanas hasta que reaccionas y te das cuenta que no va a hacerlo. Bien, pongamos que sí, que llama. Te invita al cine. ¿Tomaremos algo después o me dejará en casa porque en realidad no le gusto pero no soporta ir sólo al cine? Tomamos algo, esto va bien, y después a casa y se despide con el clásico "Te llamo". Y otra vez pendiente del teléfono...
Así que por mucho que digan que nosotras escogemos, es mentira. Nosotras esperamos y esperamos. Es cierto que luego nosotras decidimos sí o no, pero no elegimos sino que descartamos.
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