En fin, que tu conoces a un tío genial, te encanta, pero llegas a ese punto de que nunca pasa nada y, de nada que pasa, acabáis siendo amigos, y todo va bien... hasta que te cuenta (porque eres su amiga) que le gusta alguien. Y tú quieres morirte. ¿Perdón? ¿Cómo que te gusta otra? Yo, la idiota de mí, pensaba que no te atrevías, que te daba miedo que mi "posible" rechazo rompiera esa amistad. Pero no, el hecho era que yo soy "tu amiga" y me estás contando una confidencia y encima he de decirte que te dejes de tonterías y que te lances (porque eso hacen las amigas). Y acabas diciéndole lo que nos gusta, como puede conquistarla... vaya,que encima de tonta, masoquista.
Pero es lo que hay, porque como he dicho antes, has cruzado la línea, y si intentaras recuperar lo que había, él se quedaría estupefacto con una expresión de ¿por qué? ¿por qué ahora? Ahora que creo que he encontrado a alguien que está dispuesto a aceptar que yo soy tímido y que sabe que va a ser ella la va a tener que dar el primer paso y no le importa. Ahora que he superado que entre nosotros es imposible. ¿Ahora vas y me dices que yo te importo? No hay nada que hacer, os lo digo, no hay nada que hacer. Así que sonreíd, avisadle cuando meta la pata (porque tarde o temprano, la meten) sed amables y escuchad la historia de su romance como si realmente os interesara, pero nunca, nunca, seáis amigas. Eso ya es pedir demasiado.
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