Así que después de la comida de ayer en la que recordé la cantidad de gente buena que conozco me siento muy positiva y de buen humor y he dejado de preocuparme por la gente que conozco en el otro lado. Eso sí, no me he vuelto aún lo suficientemente cándida como para creer que todo el mundo es bueno.
martes, 8 de febrero de 2011
Hay esperanza
Me gusta el anuncio de Coca-Cola. Es un poco demagogo pero da un pequeño respiro. Ayer, comiendo con una amiga hablábamos de lo malas que eran algunas personas, ella me contaba la última que un grupo de brujas (yo las llamo las brujas de Eaastwick) le habían hecho. Pero después de despotricar un rato, acabamos hablando de todo lo contrario, de la cantidad de gente estupenda que anda por el mundo sin hacer ruido. Supongo que por eso, porque no hacen ruido, parece que no existen. Pero están ahí, haciendo la vida más fácil a muchísimas personas. No son Madres Teresas, no hacen imposibles, pero dentro de lo que pueden, siempre están a tu lado, con una sonrisa y dispuestas a ayudar.
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