Tengo un amigo que, aunque no lo reconocerá nunca, sé que le molestó que no me gustara la corbata que había elegido para esa noche. Me preguntó que me parecía y yo le contesté la verdad, la corbata no me gustaba. "¡Pero si es de Hermés!" me dice sorprendido. Como si estuviera hecha a mano por la misma Coco Chanel, a mí no me gustó. No se enfadó, claro, pero se picó y quiso colgar rápidamente. ¡Hay qué ver que sensibilidad! Cuando tampoco es que él sea la delicadeza personificada...
Otro se enfadó porque quería llevarme a cenar y cuando le dije que no podía porque estaba con fiebre en cama, se molestó. Él tenía el plan organizado, "le apetecía salir esa noche" me dice y va y yo la fastidio ¿no? Claro, si lo hago a propósito, si mi plan perfecto para un viernes es quedarme en casa con la cabeza como un bombo y con la caja de Kleanex como única compañía...
En fin, que no aceptan críticas de ningún tipo, porque si se ponen así con la ropa o porque un plan les falla, ¿cómo reaccionarán cuando opinemos sobre cosas realmente importantes?
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