Yo no creo en las dietas milagro, creo en el comer sin hartarse y si un día te tomas una paella al día siguiente ensalada. Por mucho que adelgace nunca tendré el cuerpo de Elle Macpherson así que ¿para qué amargarme?
viernes, 27 de mayo de 2011
Operación verano
Se acerca el momento de ponerse el bañador y todo el mundo empieza a hacer dietas milagro. Un amigo mío el lunes empezó una de ellas. Yo no creo que esté gordo pero en fin, se compró un libro y está decidido a seguirlo. El empezar a seguir las instrucciones sin haberlo leído entero es lo que yo llamo fe ciega. Había oído hablar del libro en cuestión, se fue a una librería, lo compró y se leyó el primer capítulo donde le prohíben comer cualquier cosa que baje de los 20 euros, es decir, puede comer un solomillo o pescado pero no embutido o una pasta. (No sé si es un régimen para el cuerpo o para el bolsillo). Ayer me confirmó que ya se había leído el segundo capítulo y el domingo empieza la "consolidación" (vete a saber que diablos significa eso). A ver cuando llegamos al final donde le dirá que todos los quilos que ha perdido los recuperará en un siantamén a no ser que siga pasando hambre y se castigue en el gimnasio. Mientras, otro amigo común no deja de enviarle imágenes con hamburguesas y comidas por el estilo para hacerle el día más llevadero. Esto son amigos que te apoyan y lo demás son tonterías. Hoy vamos a cenar. Hemos decidido que elige el del régimen pero no os creáis que el resto somo "facilitos"; uno con la dieta y su agua de Vichy, dos con la intolerancia y yo que según todo el mundo, no como de casi nada. Somos la alegría de cualquier restaurante ¿eh?
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