A nosotras nos gusta recrearnos en ello. No lo podemos evitar. Por eso estamos horas al teléfono con una amiga, explicando cada detalle del problema, analizando cada posible solución y recreándonos en la mala suerte que hemos tenido. Y si encima hay un culpable... en fin, os lo podéis imaginar.
Ellos, cuando tienen un problema, para empezar, es difícil que te lo cuenten, a no ser que tu puedas solucionarlo. Si ese es el caso, lo plantean, te dicen la solución que han encontrado y lo que necesitan que hagas. A partir de ese momento, tan sólo esperan un "hecho" y asunto finiquitado.
Creo que es por eso que tenemos problemas de comunicación. Queremos cosas tan distintas que es difícil llegar a entenderse. Y cuando lo haces, cuando te das cuenta de que el idioma es distinto, buscas a alguien que hable el tuyo, porque cuando tienes un problema, lo último que quieres, lo que te falta encima, es tener que sacar el traductor.
Acabas de sintetizar en un momentín el libro "Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus"
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